EL LIBERALISMO PROGRESISTA EN LA ESPAÑA ACTUAL Y SUS TÁCTICAS
Tanto UPyD como Ciudadanos son liberal-progresistas. Hay también la teoría de que el liberalismo progresista, no es una parte del liberalismo, sino el verdadero liberalismo. En España lo abonaría el que –siendo, Partido Liberal Conservador, el nombre oficial del partido de Cánovas- todos lo llamaran Partido Conservador, a secas, enmendando en eso al más grande estadista de la España contemporánea (como lo corroboró uno de los más lúcidos socialistas españoles, José Prat).
Al formar parte, UPyD y Ciudadanos, de una misma corriente política, referida como liberalismo progresista, que pugna por ganar presencia en España, están obligados a colaborar en beneficio de tal corriente. La ideología tiene que prevalecer sobre los personalismos, aunque se busquen las tácticas adecuadas de obviar las dificultades surgidas para la colaboración de esas dos ramas del liberalismo progresista español, que parece que, si no unen sus fuerzas para crear una corriente operativa importante, puede quedarse la cosa en dos modestos arroyuelos, madrileño uno y barcelonés otro.
Hablar de liberalismo progresista, supone diferenciarlo de dos espacios políticos fronterizos. En España, los que se identifican con el liberalismo progresista, son liberal-progresistas frente a los liberal-conservadores del PP. Y son progresistas no socialistas, frente a los socialdemócratas del PSOE. El liberalismo progresista se remonta a Stuart Mill, que expresó de modo inigualable su posición política diciendo que era, “liberal de cabeza y socialista de corazón”.
Si UPyD y Ciudadanos, por razones tácticas, en Cataluña, no quieren, ni comparecer juntos, ni hacerse la guerra, solo les queda un camino que es repartirse las convocatorias. Que en Cataluña UPyD no se presente en las elecciones autonómicas y que Ciudadanos no se presente en las elecciones generales. Ese desistimiento mutuo aseguraría una presencia liberal-progresista de Cataluña, tanto en el Parlamento autonómico, como en el Congreso. Sería el ‘comienzo de una hermosa amistad’ entre los hermanos separados de hoy, pero sobre todo sería el nacimiento de una poderosa sinergia política. El liberal-progresismo, como corriente política, en España, puede lograr fácilmente entre 3 y 6 diputados al Congreso en cada una de las dos grandes circunscripciones españolas, que eligen más de 30 diputados cada una, esto es, Madrid y Barcelona. Lo que, una vez logrado, visibilizará a esa fuerza suficientemente en España y será su plataforma de lanzamiento como opción nacional.
El futuro de una fuerza liberal-progresista en España pasa por triunfar primero en las dos circunscripciones de Madrid y Barcelona, en razón de la división circunscripcional existente en España que no va a cambiar. Tiene que ser en las dos circunscripciones, no basta con una. Mientras no haya triunfado en esas dos circunscripciones, olvídese de las otras. Solo tendrá, en el Congreso, los diputados por Madrid y uno más por Valencia. ¿No se querrá ver que obtener un diputado en una circunscripción de 5, exige el apoyo del 20% de una muestra de la población española, mientras que en Madrid o en Barcelona, se consigue un diputado por cada 3% de apoyo? Es inexcusable que los liberales (¿necesitan adjetivo?) de Barcelona presenten una candidatura que logre representación en el Congreso en las elecciones generales de 2015. Liberales contra conservadores y liberales contra socialdemócratas. Y también liberales contra comunistas y liberales contra nacionalistas. La candidatura liberal de Barcelona resultaría beneficiada si se presentase como candidatura de una corriente política más que de una organización concreta, con el único compromiso de integrarse en el grupo liberal del Congreso. También le beneficiaría el ser encabezada por una figura emblemática. Un Boadella, o similar.
“ERASMUS”
(14/06/2012)
(versión definitiva)